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Consejos para manejar tu fatiga

La fatiga es uno de los síntomas más comunes e incapacitantes de la Esclerosis Múltiple

La fatiga es uno de los síntomas más comunes e incapacitantes de la Esclerosis Múltiple. Resulta difícil seguir el ritmo del día a día cuando se tiene una sensación de cansancio extremo, sin embargo, y aunque cada caso sea diferente, existen varios aspectos que pueden ayudarte a su manejo.

El primero es asegurarte de que dispones del mejor nivel de energía posible: alimentación saludable, actividad física, dormir lo suficiente, reducir el estrés y mejorar eñ estado de ánimo. El segundo, aprender a utilizar esa energía de la manera más eficiente: planeando las actividades con anterioridad, priorizando y aprendiendo a delegar tareas o yendo a tu propio ritmo.

Aumenta tus niveles de energía

Con sueño y descanso

  • Lleva un horario regular para acostarte y levantarte.
  • Intenta ser más activo/a durante el día.
  • Elimina el consumo de estimulantes, sobre todo durante las horas previas a acostarte.
  • No uses el móvil una hora antes de ir a la cama.
  • Desarrolla una rutina del sueño: tomar una bebida caliente, leer un libro, escuchar música relajante.
  • Si no puedes dormir, intenta focalizar tu atención en otra cosa, que no sea conseguir conciliar el sueño: aprende técnicas de relajación o sal de la cama y realiza alguna tarea cotidiana.

Mejorando tu estado de ánimo

  • Intenta hacer actividad física.
  • Prioriza hacer cosas agradables.
  • Pasa tiempo con personas positivas.
  • Empieza una nueva actividad de cualquier tipo.
  • En vez de preocuparte por alguna cosa en concreto, busca activamente información y consejo que te ayude a afrontarla.
  • Habla de tus problemas con el resto: con un profesional, un grupo de apoyo o alguien con quien te sientas a gusto.
  • Intenta convertir los pensamientos negativos en positivos; busca las cosas buenas de la vida, en la gente y lo más importante, en ti mismo/a.

Reduciendo el estrés. Tres pasos para superarlo:

  1. Reconocer los efectos que el estrés está teniendo en tu salud.
  2. Identificar qué te está provocando el estrés.
  3. Tomar medidas para eliminar o reducir las causas del estrés: intenta mantenerte positivo, mira las cosas con perspectiva, realiza actividades con las que disfrutes y planea con antelación.

Con técnicas de relajación:

  • Respirar profundamente
  • Aprender técnicas de visualización
  • Realizar ejercicios de relajación muscular
  • Masaje
  • Aromaterapia
  • Yoga, Tai Chi y Pilates
  • Reflexología

Contrarrestando el calor:

  • Tomar un baño o una ducha fría.
  • Tomar regularmente bebidas frías o chupar un hielo.
  • Pulverizar agua fría en la cara, mediante un pequeño spray.
  • Usar ventiladores (portátiles para la calle).
  • Vestir con ropa refrigerante (pañuelos, muñequeras o chaquetas)
  • Dormir con almohadas refrigerantes o usar bolsas de gel para refrescar la almohada.
  • Utilizar sistemas de aire acondicionado.

Utiliza tu energía de una manera eficiente

Planea (piensa en lo que asequible para ti)

  • Empieza a medir cuáles son las actividades que más te fatigan.
  • Intenta evitar demasiadas actividades, muy demandantes de energía, en un periodo corto de tiempo o cuando hay una mayor posibilidad de que te fatigues.
  • Apunta tus planes en un diario o un planificador de actividades (agenda, Apps)

Prioriza (céntrate en las tareas más importantes)

  • Escribe una lista y ordena las tareas según la importancia. Es importante recordar que las tareas esenciales deben incluir actividades que disfrutes.

Delega (pide ayuda)

  • Pedir ayuda o contratar a alguien para realizar algunas tareas, te dejará tiempo y energía para las actividades más importantes.

Ahorra energía (lleva a cabo las tareas de la manera más eficiente)

  • Siéntate para hacer todas aquellas actividades que te lo permitan.
  • Utiliza dispositivos que te permitan ahorrar energía tales como una picadora o un cepillo de dientes eléctrico.
  • Deja a mano los utensilios que utilices con frecuencia.
  • Presta atención a tu postura.
  • Consulta en tu trabajo posibles cambios que te puedan ayudar a conservar la energía.

Marca tu propio ritmo (tómate descansos regulares)

  • Un descanso puede ser un pequeño periodo de relajación o de mínima actividad.

*Resumen artículo ‘Fatiga’, del MS Trust  https://mstrust.org.uk/

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